Por: Yanio Concepción
En diciembre del año 2022, 188 países acordaron que el 30% de los espacios terrestres, aguas continentales y los océanos, deberán ser protegidos y conservados para el año 2030, a fin de alcanzar el cumplimiento del objetivo de desarrollo sostenible (ODS) No. 13 sobre Acción Climática.
Esta declaración tenemos que asumirla como un compromiso nacional e internacional, porque implica concienciar sobre el calentamiento global, y requiere disponer de medidas urgentes para combatir el cambio climático y su impacto, y así cumplir el “30 x 30”. En nuestro país se ha logrado una conciencia colectiva con la propuesta de Ley en el Congreso Nacional sobre Loma Miranda Parque Nacional, una jornada social que constituye un referente de lucha nacional, para su preservación por la riqueza de su biodiversidad, y por ser un museo viviente y una mina de agua, enclavada en la Cordillera Central, madre de las aguas.
Para resguardar las áreas protegidas y cumplir el desafío 30×30 del agua sin dejar de ver el conflicto con los ríos que abastecen Haití, como el Dajabón- Masacre y Aibonito que nacen en Rep. Dominicana, hay que incrementar de un 26% al 30% la superficie de áreas protegidas, así como asegurar la restauración y cuidado de las existentes al año 2030, en el marco de las leyes 64-00 y 202-04. Esto ayudará a construir un país y planeta más sostenible, a pesar de que este país no cuenta con la superficie y la estructura de bosques necesarios para asegurar el preciado líquido, situación que tiende a agravarse por los efectos de la alta vulnerabilidad a los impactos del cambio climático. La situación actual amerita un entendimiento con las autoridades, ya que el 98% de la superficie territorial de Haití esta desprovista de cobertura boscosa y en franco declive, desde hace tiempo. Con la erosión del suelo, el aumento de contaminación y de los residuos, la crisis en el uso del suelo, existe una provocación a catástrofes naturales y deterioro del ecosistema, lo cual incrementa la vulnerabilidad y fragilidad del ecosistema.
Entonces, ¿En qué consiste la meta “30×30”, llamado el compromiso de biodiversidad a nivel mundial? Sencillamente en proteger, restaurar y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, el manejo razonable de los bosques, la mitigación de la desertificación, detener y revertir la degradación de la tierra, además de frenar la pérdida de la biodiversidad.
Actualmente entre los objetivos del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales están reforzar la gestión de áreas protegidas y expandir su superficie; asegurar prácticas sostenibles en pesca y agricultura; fortalecer y diversificar el acceso a instrumentos financieros; promover un turismo sostenible; y generar mecanismos de gobernanza y regulatorios acertados. Además, ha asumido el compromiso de fortalecer la capacitación y sensibilización de las comunidades y los sectores económicos, la inversión de recursos económicos, y la definición de un plan para una gestión efectiva de todas las áreas protegidas.
La República Dominicana ya tiene bajo el criterio de protección el 26% de su superficie, por lo que aumentarlo al 30% es una meta alcanzable, la cual irá acompañada del fortalecimiento en el cuidado de las existentes, aunado a un compromiso colectivo, educativo, ambiental y ciudadano.
Nadie, absolutamente nadie puede subsistir sin la debida protección del medio ambiente y las áreas protegidas, y sin poder disponer y garantizar agua, en cantidad y calidad para vivir como un derecho humano. Nos toca a todos los dominicanos asumir la conciencia colectica, ante la crisis de autoridad, liderazgo y orden que afecta a la República de Haití. Deseamos que la hermana nación pueda recuperar la repoblación de la cobertura boscosa de sus montañas y cuencas, a fin de lograr tener un medio ambiente racionalmente sostenible, para las presentes y futuras generaciones.
