Por: Yanio Concepción
Aquí se sabe quién es quién en la vida pública y privada. Los escándalos se guardan dependiendo del enganche político y/o económico que se tenga. La discusión del presupuesto nacional ha abierto una caja de Pandora de los proselitismos sociales de la pobreza que representan los senadores y diputados que solo van a levantar las manos por lo que remita el Palacio.
Cincuenta y tres años del derrocamiento del tirano Trujillo en mayo del 1961 no ha valido para rescatar los valores democráticos y la transparencia de la vida nacional. Pobreza creciente, leyes inoperantes y obsoletas, injusticias, corrupción, bajos niveles de educación, problemas en los servicios de salud, déficit de energía son temas muy populares para crear cuentos, propaganda y eslogan de campaña.
Incrementar el presupuesto después de acumular un déficit nacional de alta magnitud es una medida descabellada. Encubrir la realidad del manejo de los recursos públicos mientras aumenta la inseguridad, la delincuencia y la corrupción es un atentado contra la paz y la justicia social. Proteger a los corruptos marchita la esperanza de vivir en un país de valores como lo soñaron los Padres de la Patria, con la Biblia abierta y el lema “Dios, Patria y Libertad”.
Los escándalos suscitados alrededor de quienes han asumido posiciones públicas son asqueantes. Es una vergüenza nacional lo que ocurre cuando se lleva un simple expediente previamente consensuado y manipulado por sectores que no dan la cara en el pugilato público. La corrupción y el lavado de dinero han acorralado la opinión pública y han acuartelado la justicia dominicana.
Como dice la magistrada Yeni Berenice Reynoso en su cuenta de Twitter el 19 de octubre: “Las amenazas de juicio político al procurador Domínguez Brito por investigar un caso de corrupción es tan asqueante como el caso en cuestión”. Así anda el país. ¿Justicia para quién? Si este sector no cuenta con poder, presupuesto ni garantía para hacer justicia en nuestro amado país.
Oír el lamento de los responsables de impartir justicia pone en evidencia el descalabro moral que nos agobia. Como continúa diciendo la fiscal Yeni Berenice: “En el tema de corrupción hay gente que tiene un chantaje descarado. Si usted es tan inocente, póngase a disposición de la justicia”.A Dios que nos coja confesados. ¡Que su gloria resplandezca y prevalezca la justicia divina!