El Estado es responsable de trazar el camino, enmarcado en el régimen democrático que constitucionalmente nos gobierna. Esto implica libertad, servicios, equidad para todos por igual. Además de demócratas, somos un pueblo de fe confesa en nuestro escudo nacional. Como país, nuestra condición legítima de demócratas y cristianos nos manda a servir, con justicia, al prójimo y a Dios.
La pérdida de visión y compromiso claro y consensuado de los líderes políticos ha profundizado la crisis que nos afecta a todos, no sólo en lo económico sino también en lo personal, lo familiar, lo social, lo ambiental. La orfandad de liderazgo político está carcomiendo, con el paso del tiempo, la posibilidad de un Estado justo y soberano. La corrupción administrativa y el tráfico de influencia distraen recursos que deberían destinarse a necesidades prioritarias del pueblo. La complicidad y la falta de coherencia para enfrentar la pobreza sigue siendo una fuente de desgracia para muchas familias dominicanas.
Recién pasada la Semana Santa nos preguntamos, ¿qué camino vamos a seguir para enfrentar juntos con cohesión, coherencia y fe los daños provocados por hombres sin fe? El papa Francisco nos invita a cambiar de rumbo, a enfocarnos sinceramente en el servicio a los más necesitados con justicia social. La Semana Santa es una oportunidad de reflexión, renovación y cambio. Jesús nos invita a renacer con él, a dejar el partido de los pecadores y afiliarnos al partido del amor, la paz, la justicia y el perdón a través de la fe en Dios.
Después de su resurrección gloriosa, el primer saludo de Jesús fue “la paz sea con ustedes” porque es la paz un camino de cohesión y coherencia para la convivencia sana. Nuestro Presidente ha dado muestra de ser un hombre de paz, de cohesión, coherencia y fe. El Estado debe buscar la felicidad de todos, así sea arrebatándosela de las manos a los indolentes al prójimo, a Dios y a su comunidad. ¡Bien nos haría que nuestros funcionarios públicos pusieran mano a la obra para trabajar y servir con amor, con fe, con cohesión y coherencia!
Ahora más que nunca los actores políticos tienen la oportunidad de llamar a la unidad y al consenso del país para trabajar con fe, cohesión, coherencia y llevarnos por el camino de la unidad para vencer el egoísmo y las malas prácticas públicas y privadas.
Es un buen momento para celebrar la fiesta de la pascua social y enfrentar los desatinos del egoísmo y el poder. Es un buen momento para servir a los demás. Es hora de poner en práctica la fe para avanzar y sembrar un mejor futuro para nuestros hijos que ansían con amor el buen ejemplo de sus padres. Es tiempo de caminar juntos, unidos por el progreso, apoyados en la fe en Dios, sin ocultar la realidad, avanzar hacia la conquista de un pueblo galardonador de las bendiciones naturales que Dios nos dio. ¡Trabajemos con fe, cohesión y coherencia para que el país alcance la paz y la prosperidad a la que tiene derecho legítimo!
YC