Por: Yanio C. Concepción
La esencia de un carnaval esta en su gente, en lo que piensa, lo que siente, lo que quiere, en fin lo que desea celebrar su espíritu.
El carnaval vegano, es en esencia lo que el pueblo tiene dentro de si y lo expresa en el mes de febrero, con amor, alegría y elegancia donde se conjugan tantas cosas, la patria libre que soñó el patriota Juan Pablo Duarte, la cultura que aspira un pueblo, la gente alegre que siente el aire fresco en cada vas ven de las montañas de Guaigui y el río Camu que bordean y recuerdan el espíritu indígena del cacicazgo Canoabo, indio feroz, cautivo, que desafió con su derecho a una cultura y convivencia humana, mancillada por la colonización española.
El carnaval vegano es fiesta, es alegría, es color, es tambor, es cascabel, es bebida, es lo que lo es el ser humano, esencia de la inhibición de lo que somos dentro, espíritu pagano, que refleja el deseo de ser un hombre libre de atadura formal.
El diablo cojuelo juguetón, bullanguero, animal feroz, sobretodo alegre, es el alma de carnaval vegano.
El carnaval vegano es la celebración y expresión cultural más popular del pueblo, pese a las prohibiciones sufridas, el municipio de La Vega inicio la recuperación de la tradición carnavalesca. Con el derrocamiento del tirano Trujillo sale de las entrañas del pueblo la cultura. Con la llegada del Prof. Juan Bosch al poder soplan otros aires de la nueva cultura popular. Con el Dr. Joaquín Balaguer en el poder los escenarios del carnaval, tienen su vaivén en los clubes culturales que se manifiestan en la calles, la llegada de los guerrilleros encabezados por el Coronel Francisco Alberto Caamaño, desato una persecución de los participantes del carnaval, los cuales eran requeridos por la Gobernación y la policía para poder salir a las calles disfrazados de diablos cojuelos deberían ser evaluados y numerados.
El calendario del carnaval veganose sitúa entre la epifanía y la cuaresma; siendo la celebración todos los domingos de febrero, cerrando el día 27 representado en el diablo cojuelo, que simboliza la expresión de la libertad sin freno.
La utilización de las mascaras dotan al individuo que se disfraza de diablo cojuelo, en un esconder su rostro, de una nueva personalidad, esta costumbre de usar mascaras tuvo su origen religioso espiritual en el culto a los muertos.
El carnaval urbano comenzó con el crecimiento de las cuevas y formación de grupos carnavalesco de amigos y familiares que los integran que va ganando popularidad en las diferentes clases sociales de la ciudad, que se involucran en la celebración.
Para el año 1906, se evidencia la integración de un grupo de jóvenes, con la salida de uno 40 diablos cojuelos que forman los primeros grupos y cueva del carnaval desde el club juventud, con este acierto se inicia la celebración urbana del carnaval popular moderno, en La Vega.
La formación de comparsa de forma espontánea en los barrios, dio origen a personajes, cánticos teatrales, roba la gallina, baile de la cinta, que consagran la unidad del carnaval vegano; estableciendo un escenario callejero en los barrios populares y la ciudad; centralizando posteriormente su celebración ardedor del parque central del municipio, desplazándose esta tradición hacia la avenida principal Dr. José Horacio Rodríguez(Los Flamboyanes), en el gran Diablodromo del carnaval, donde se celebra el carnaval.
El Carnaval Vegano, es considerado uno más de los antiguos del país y posiblemente de America. Su orígenes están situado en el siglo XVI, en lo que es las ruinas de La Vega Vieja , donde salio a la calle una pareja disfrazada de moros y cristianos, encabezado por el Clérigo español Álvaro De Castro, Dean de la Iglesia católica en ciudad.
Cada domingo de febrero, La Vega se confunde en una interacción de los visitantes con los veganos que hace del carnaval un derroche de alegría, con un vas ven de los diablos y los participantes, desfile, música, vejigazos a todos aquel que no estén en la acera. Desde temprana hora de la tarde se anuncia la salida de los diablos cojuelos de las diferentes cuevas que adornadas y músicas de todo tipos invitan a la multitud a compartir de la celebración mas vivas del ser humanos, el carnaval que es convivencia sana y donde la sociedad de La Vega se integra por completo, sin importar clase ni estrato social al que pertenezca.