Por: Yanio C. Concepción
La propuesta de ley que aboga porque Loma Miranda sea convertida en un Parque Nacional que preserve su biodiversidad tiene divididos a los dominicanos conocedores y desconocedores del tema. El peligro de la explotación minera a cielo abierto en República Dominicana es un atentado criminal contra el ecosistema nacional. La media isla y la isla toda ha sido devastada en múltiples ocasiones por tormentas, huracanes y terremotos. No es verdad que ignoremos las diez fallas tectónicas que colocan la población al borde de una catástrofe.
Preservar la vida y el medio ambiente es un mandato de Dios. Debemos cuidarlo y heredarlo en mejor condición. El mundo actual marcha arrítmicamente por la ambición de los países desarrollados que buscan obtener riquezas, a cualquier precio. El ecosistema se ha convertido en la manzana de la discordia ya que las partes interesadas se niegan a revisar y firmar los acuerdos internacionales que obligan a la preservación del planeta, donde inciden las compañías mineras.
República Dominicana, desde el descubrimiento de América, ha tenido que defender con sangre su derecho a preservar sus riquezas naturales. Los españoles, por su afán de oro exterminaron toda la raza aborigen. Fray Antón de Montesinos tuvo que rebelarse con su célebre sermón para defender a nuestros indígenas.
Después de la colonización el país ha librado varias batallas ante el enemigo avaro y depredador. Algunas se han ganado, pero en la mayoría de los casos, el poder económico-político se ha impuesto dejándonos cada vez más pobres. Ahora le toca el turno a Loma Miranda que es el único pulmón que nace en la Cordillera Central donde se conservan más de 400 especies endémicas de la isla.
Loma Miranda debe ser convertida en un área protegida en el formato de Parque Nacional por su riqueza natural. ¡Basta ya de la compra de conciencia ambiental! ¡Basta ya de poner de rodilla a un pueblo pobre de educación!
No toda riqueza mineral debe ser explotada. En este caso se cometería un crimen ecológico de consecuencias impredecibles. ¡Basta ya de corrupción! Loma Miranda tiene quien la defienda y debe ser convertida en un orgullo ecológico nacional.
¡Ciudadanos, vamos a tomar conciencia! Hay que preservar Loma Miranda para beneficio de todos. “El dinero compra la conciencia, el modo de pensar, el modo de sentir y hasta la forma de actuar de las personas”, pero Loma Miranda no está en venta. ¡Basta ya explotación minera inmisericorde!