Por: Yanio C. Concepción
La delegación de atletas dominicanos que participarán en los Juegos Olímpicos Londres 2012 desfilará con la antorcha de la bandera tricolor que les asigna el Presidente de la República con un sueño cimentado en la pasión y disciplina. Se han preparado para competir, se han entrenado para ganar. Ya de por sí son ganadores porque participar en los Olímpicos en Londres implica ganar muchas batallas y vencer muchos obstáculos.
Un país que vive con pasión y disciplina, como lo hacen los atletas, es un país ganador de cualquier batalla. Para participar en los Juegos Olímpicos, los atletas deben alcanzar ciertas marcas. El país debe también empeñarse en alcanzar sus marcas olímpicas. La educación de calidad, sin exclusión, la salud integral e inclusiva, la felicidad, que implica seguridad, servicios públicos garantizados, bienestar presente y futuro de la familia son marcas olímpicas de un país medallista.
Si nuestros gobernantes no siembran en su gente, visión, pasión, disciplina y conciencia no llegaremos muy lejos ante esta crisis política, económica, social y ética que nos ataca. Nuestros atletas son el mejor ejemplo de que se puede lograr una presea cuando hay talento, disposición, disciplina y pasión.
El nuevo Presidente ha pedido que lo “dejen llegar”, sin ni siquiera dar señales mínimas de las directrices de su gobierno. Un atleta que se prepara para una competencia no puede dejar en secreto su visión, disciplina, pasión y conciencia. Por el contrario, publica sus aspiraciones y da a conocer a su entrenador y a su país su agenda de entrenamiento. El pueblo dominicano está ansioso de encontrar alguna señal de esperanza que sea la luz al final del túnel. El pueblo es la fanaticada que ha puesto su confianza en el atleta olímpico y le asiste el derecho y el deber de saber quién o quiénes lo representarán, lo auspiciarán, lo dirigirán. Para enfrentar la corrupción, la educación de baja calidad, el problema energético, la delincuencia, el deterioro ambiental no se pueden improvisar acciones, ni atletas ni entrenadores.
Nuestros atletas están conscientes de que la prueba es dura. Alcanzar una medalla compitiendo con países que valoran e invierten en el deporte como disciplina crucial para el desarrollo de la juventud es un desafío colosal. Pero van confiados porque son conscientes de su talento, viven su pasión y conocen el tren de entrenadores que los respalda. Las acciones improvisadas, producen resultados inesperados. La administración “pública”, como lo dice su nombre es “pública”, debe ser conocida por todos los ciudadanos.
Los atletas, ciudadanos, empresarios, políticos y la sociedad en general, junto al nuevo Presidente de la República tenemos grandes retos que cumplir. Competir y lograr la presea de levantar esta media isla, va a demandar de todos, mucho esfuerzo, disciplina y pasión.
Jóvenes deportistas, como la judoca vegana María García, Gabriel Mercedes, Feliz Sánchez, entre otros, deben ser emulados y deben servir de inspiración. Solo llegar a los Juegos Olímpicos de Londres donde participarán más de 10 mil atletas, en 26 deportes es ya una gran victoria. El nuevo Presidente ya tiene la antorcha en la mano, vamos a correr la carrera con buenos entrenadores, con una dirección enfocada en la gente y alcanzaremos la medalla olímpica.
La disciplina elimina el desorden. La pasión vence la desesperanza. ¡Atletas, Presidente electo, vamos tras la presea y llenemos este país de gloria!