LA VEGA  Y EL DESEMPLEO

LA VEGA Y EL DESEMPLEO


Por: Yanio C. Concepción

La presencia de funcionarios en los pueblos y ciudades debe servir de motivación para cumplir un plan de desarrollo sostenible. La ciudad de La Vega, por lo que a manejo gubernamental se refiere, luce un caso olvidado.
La actitud que asuma el Presidente de la República   para sacar a La Vega de la parálisis de obras iniciadas o propuestas y calentar la economía, es determinante. Las obras dinamizarían la economía local, como las zonas francas en franco deterioro, una agricultura con baja tecnología, la educación, la salud,  industria y agroindustria.
Aun con el incremento de universidades en el entorno vegano, no se visualiza un plan concreto para que los jóvenes acudan al mercado laboral y ocupen un puesto de trabajo. 

El Estado debe empujar un plan real para esta zona productiva que dé al traste con el desempleo, en especial de jóvenes que ven frustrarse sus esperanzas en su entorno y se ven obligados a migrar en busca de empleo. Un verdadero desarrollo sostenible debe abarcar educación, salud, ecoturismo, deportes, agricultura, hábitat, medio ambiente y cultura.
La visita del presidente a la ciudad de La Vega para cumplir promesas de campaña se ha traumatizado por la poca exigencia de funcionarios e instituciones. El pueblo mismo se divide por intereses grupales que afectan los procesos sociales, empresariales y políticos. Se retrasa así un acuerdo común para el desarrollo de una de las ciudades más ricas en agricultura y recursos naturales.
La Vega merece una mayor atención del gobierno; no solo ser usada para fines políticos coyunturales. Al parecer, los intereses particulares y la división política interna de La Vega han alejado al Presidente de la República de esta ciudad. Con tanta desunión, La Vega es olvidada.

En la ruta al desarrollo, se requiere definir una visión clara a fin de salir de la parálisis y producir empleo.