Por: Yanio Concepcion
En la vida personal y familiar todos buscamos vivir plenamente, gozar de buena estabilidad económica y bienestar social. Uno de los indicadores de desarrollo es el nivel de ahorros con el que cuenta una persona para poder realizar sus actividades y poder cumplir sus sueños a mediano o largo plazo.
El ahorro es la diferencia entre ingresos y gastos, es la parte del ingreso no consumido, es “reservar” una capacidad productiva, no empleada en la producción de bienes de consumo, y dejarla disponible para producir nuevos bienes de inversión. El ahorro es fundamental, y el cómo controlamos los gastos, debe ser una meta convertida en un hábito a favor del ahorro. Para planificar tu ahorro y fortalecer tu disciplina personal considera lo siguiente:
- Si tienes deuda, abona al saldo principal, y gestiona reestructuración de cuotas;
- Si puedes, cancela tus deudas menores;
- No te endeudes innecesariamente;
- Si tienes capacidad de ahorro, invierte en depósitos a plazo, porque son más rentables.
- Usa la técnica de apuntes en libreta para llevar un control y una bitácora de tus ingresos y de los gastos que hagas;
- Elabora tu presupuesto personal;
- Controla tu presupuesto;
- Piensa y consulta antes de comprar cuando tenga dudas;
La importancia del ahorro es determinante para el desarrollo personal, porque va más allá de decidir si compra o no, e implica una cultura personal y estilo de vida, que necesariamente debe estar apoyado en los valores de la disciplina y la perseverancia.
Ese proceso de disciplina se describe en el origen del Cooperativismo, cuando los Pioneros Rochdalianos, esperaron que transcurriera un año de labores ahorrando cuatro centavos semanales para un gran total de una libra esterlina cada uno. Con esta práctica habitual pudieron reunir su capital que les permitió iniciar las operaciones en la primera Cooperativa de la historia en 1844 (Cooperativa de consumo Sociedad Equitativa de los Pioneros de Rochdale).
El cooperativismo tiene en el ahorro, el cómo “gestionar mejor el dinero para el bienestar”, creando ciudadanos disciplinados, y cuidando a la persona de enemigos que asechan sin piedad, como son el consumo, despilfarro, y los juegos de azar. En el ahorro, tanto los ricos como los pobres comprenden la importancia del ahorro, por eso “un peso ahorrado es un peso ganado”.
Recuerda que nadie puede saber por ti; nadie puede crecer por ti; nadie puede buscar por ti; en fin, nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes, y sin ahorros no hay desarrollo ni sostenibilidad personal ni familiar.