Por: Yanio Concepcion
- Contar con una tecnología vanguardista y robusta.
Las Cooperativas deben propiciar el uso de plataformas tecnológicas que aseguren la capacidad de la empresa para una transformación digital. A través de la tecnología se puede garantizar la continuidad del negocio, además de fortalecer la comunicación y cooperación entre cooperativas. Los tiempos de pandemia son un ejemplo de ayuda mutua, porque se evidenció como algunas cooperativas apoyaban a otras en temas de gestión organizacional, por ej. en Rep. Dom. el caso de las asambleas virtuales.
- La educación basada en principios y valores cooperativos.
La práctica de esta regla de oro garantiza la continuidad de este modelo de negocio cooperativo.
La integración conlleva implícitamente la necesidad de educación, porque a través de este proceso se busca que las cooperativas generen conciencia entre sus asociados y la comunidad, sobre la importancia de la asociatividad de los individuos para generar condiciones de bienestar y calidad de vida, y obviamente la educación da la oportunidad de participación a los asociados en todo el quehacer cooperativo, como es la autogestión, ejercer la democracia, practicar la solidaridad, velar por la igualdad y equidad, proteger al medio ambiente, etc.
- El Liderazgo, sucesión y diversificación.
Es necesario que el liderazgo cooperativo aborde nuevos modelos de gestión. Las Cooperativas deben empezar a conformar una nueva generación de líderes visionarios, que promuevan la integración y negocios justos en los territorios que permitan una trazabilidad del conocimiento para la gobernabilidad cooperativa.
Es clave, que los cooperativistas de larga trayectoria promuevan un liderazgo que involucre de manera asertiva a las partes interesadas (internas y externas), en la gestión cooperativa, y colectivamente puedan crear las bases de reciprocidad y confianza. Sin reciprocidad no podemos generar confianza, y sin confianza no hay cooperación.
- Políticas de Estado que fortalezcan la asociatividad.
La implementación de políticas públicas a favor de colectivos y la asociatividad es un elemento importante porque favorece el empoderamiento y la integración de las cooperativas y todo el sector cooperativo.
¿Cuáles consideran ustedes que son los pasos que permitirían continuar desarrollando esta labor de protección ambiental desde las organizaciones cooperativas?
- El primer paso es asumir como un compromiso institucional y misional una cultura de prevención y cuidado del medio ambiente en la empresa. Para ello se debe procurar que las partes interesadas conozcan y promuevan buenas prácticas en temas ambientales.
- Asegurar el debido proceso de concienciación y sensibilización a directivos y personal, porque son claves para dar ejemplos de buenas prácticas.
- Incluir en la planificación estratégica o institucionalizar planes de acción y/o ejes estratégicos que atiendan y apoyen a los objetivos que se ha planteado la empresa, y que logren el impacto deseado.
- Plantear y desarrollar proyectos ambientales que requieran la participación de asociados en las comunidades.