XVII Congreso de Mujeres Cooperativistas, celebrado por la Cooperativa Vega Real, en la Casa Club, Bayacanes Las Vega.
Por: Yanio Concepcion /Yania Concepcion
La igualdad y la equidad de género se han convertido en partes esenciales de los objetivos a cumplir en las agendas sociales y políticas en este milenio. Sin embargo, han sido reducidos los espacios políticos y gubernamentales de referencia que se han propuesto llevarlo a cabo, para crear conciencia en la población sobre la relevancia de este tema.
Por esta razón, consideramos que para lograr una cultura de igualdad y equidad de género es necesario que la población en sus diferentes espacios, y en particular madres, padres y educadores tomemos acciones concretas para que los adultos de mañana crezcan libres de estereotipos, puedan desarrollar su potencial y no se vean limitados por su género. Para lograrlo consideramos necesario redefinir los roles de género, transformar gradualmente los estigmas de las normas sociales y los conceptos culturales tradicionalistas de la sociedad patriarcal que sustentan las desigualdades.
La igualdad no significa que las mujeres y los hombres sean lo mismo, sino que los derechos, las responsabilidades y las oportunidades no dependan del sexo con el que nacieron. Hasta que no comprendamos la importancia de esto no lograremos la equidad y continuaremos sumergidos en la desigualdad y la discriminación de un sistema que se rehúsa a romper con esas creencias, que coloca a las mujeres en una posición de subordinación y a los hombres en una posición de privilegios.
Es por esto que, una sociedad que promueva la igualdad y equidad de género tiene la responsabilidad de proveer oportunidades justas a mujeres y a hombres, y generar así la transformación social que se necesita para lograr ese objetivo.
Para construir una cultura de igualdad y equidad de género es necesario educar desde esas bases, equilibrar el lenguaje sin alterar las reglas idiomáticas (donde el femenino y el masculino estén incluidos), fomentar la igualdad en el trabajo, asumir por ambas personas las responsabilidades en el hogar y la crianza de los y las hijas, que las mujeres no solo en cargos políticos sino también en procesos de tomas de decisiones importantes, facilitar espacios educativos como una forma de empoderamiento de las mujeres y lograr que puedan adquirir conocimientos que les ayuden a hacer elecciones en su vida personal y profesional.
Educar a los varones en el equilibrio, aun manteniendo las féminas su ternura y glamour, y en la construcción del nuevo modelo de relación basado en la igualdad y el buen trato. La cultura de igualdad y equidad de género es una tarea de todas y todos, es nuestra responsabilidad promover el cambio, aprender y desaprender las creencias erróneas y construirnos desde las bases del respeto a los derechos, las oportunidades y las responsabilidades de ser y estar equitativamente en cada lugar.
Luchar por una sociedad de equilibrio entre varones y hembras, significa también propugnar por aferrarse a los valores y principios éticos, estudiar y trabajar, acometer acciones positivas y productivas, ser un ente útil a la sociedad; combatir los vicios y las deformaciones junto con el equilibrio.