Semana Santa, Tiempo para Oír el Corazón, para Oír a Dios

Semana Santa, Tiempo para Oír el Corazón, para Oír a Dios


Por: Yanio Concepción

Semana Santa es tiempo propicio para el silencio, para la reflexión, para acercarnos más a Dios- En un  país  lleno de ruidos de  atracos, corrupción, violencia doméstica, irresponsabilidades públicas es necesario detenernos a pensar, a orar. Necesitamos un cambio de paradigmas y para ello debemos buscar la sabiduría y dirección de Dios.

Cuando el pueblo que calla, despierta de los males que le afectan, las crisis se convierten en oportunidades para renovar la visión, para enfrentar los desafueros de los Poderes del Estado como la reforma del artículo 85 del Código Procesal Penal, aprobada por el Congreso Nacional, que quita la oportunidad de querellarse contra los funcionarios públicos. Al parecer, el pueblo no podrá protegerse de los funcionarios corruptos, conocer el perjurio cometido por los legisladores en el país. Esto nos pone a reflexionar sobre la institucionalidad y sus consecuencias y cómo se teje la esfera del poder.

El padecimiento, crucifixión y muerte de Jesús rememorada en la Semana Mayor nos invita a oír nuestro corazón con el latido  de la verdad. Debemos oír la voz de Dios, desde lo más profundo, dejando las ambiciones, el egoísmo, el abuso de poder y la manipulación del destino del pueblo para crear la sociedad del amor y la paz. Jesús nos enseñó a cuidar la naturaleza y a convivir en armonía procurando la autotransformación del hombre a imagen y semejanza de Dios.

Ante la avalancha de asaltos, desempleo e incremento de la pobreza, ¿cuál sería la prioridad de Dios en República Dominicana? Juntos debemos reflexionar sobre los antivalores de la clase política que no escucha ni lee ni practica el mensaje de Dios mientras la sociedad clama por su derecho a vivir  con dignidad.

El silencio no es para que nos callemos ni renunciemos a nuestros derechos. Se trata de aprovechar la Semana Santa para pensar bien y después  empeñarnos en la construcción de un porvenir mejor para la familia y para el pueblo dominicano. El Estado, la Iglesia, las instituciones privadas deben cumplir su responsabilidad social para asegurarles a los más de 10 millones de dominicanos alimentación, salud, educación, paz, prosperidad, sostenibilidad.

El cambio asumido por el Presidente de la República con las observaciones a las modificaciones del Código Procesal Penal nos debe motivar a una seria reflexión sobre cómo se están manejando los temas que impactan la sociedad.

Oír nuestro corazón y oír a Dios nos compromete a ver, pensar y actuar con determinación y coherencia para cambiar la desesperanza en optimismo, la ignorancia en educación, la corrupción en dignidad.

YC