Por: Yanio Concepción
La rendición de cuentas del Presidente Danilo Medina ante la Asamblea Nacional Dominicana el 27 febrero, la fecha más memorable de los dominicanos, recogió una serie de tópicos a los que tenemos que darles seguimiento para entender, apoyar o detractar el sendero que va a recorrer República Dominicana.
El Presidente de la República resaltó como uno de los mejores logros de su segundo año de gobierno la nueva visión y la revolución educativa nacional que ha propiciado el plan de alfabetización “Quisqueya Aprende Contigo”. Esta visión nos compromete a todos a enfrentar una tarea apremiante del gobierno para sacar a miles de dominicanos del analfabetismo a través de la educación en todos los órdenes.
Otorgar más de 20 mil becas para educación superior, 18 mil a nivel nacional y dos mil internacional es parte de un pacto educativo que nos involucra y afecta a todos. Por tanto, debemos estar atentos a las inversiones, ejecutorias y resultados de los indicadores educativos del país.
Nos corresponde a todos los dominicanos tomarle la palabra al Presidente de la República, en especial cuando dijo: “Todos sabemos que la educación pública de calidad es la herramienta más poderosa que tenemos en nuestras manos”. Estas palabras comprometen a los funcionarios públicos, al sector privado y a la sociedad en general a asumir la educación no solo como un derecho fundamental, sino como el instrumento principal para un verdadero desarrollo sostenible e inclusivo.
Como manifiesta el Presidente tenemos que creernos y asumir que realmente: “…en República Dominicana estamos viviendo una auténtica revolución educativa…durante mucho tiempo la educación de calidad ha sido un privilegio que solo aquellos con poder adquisitivo podían permitirse”. En estas declaraciones el Presidente Medina admite la baja calidad educativa que ofrece el Estado dominicano.
Aplaudimos las buenas iniciativas que ha implementado el Estado. El primer mandatario de la nación ha sido consistente, coherente y eficiente en su compromiso de hacerle frente a las necesidades y aspiraciones educativas del pueblo dominicano. Ahora nos corresponde a todos involucrarnos, apostar y aportar con pensamiento crítico y constructivo para que este pacto educativo nacional cumpla su cometido cabalmente. Ahora, debemos todos debatir, evaluar y darle seguimiento a las acciones y ejecutorias del gobierno en las reuniones sociales, juntas de vecinos, asociaciones de padres y amigos de las escuelas, clubes comunitarios, organizaciones e instituciones.
Cada instrumento presentado por el Presidente en materia educativa debe ir a discusión nacional de manera que la revolución sea del pueblo y para el pueblo. Todos los sectores, empresas y personas físicas debemos hacer que se cumpla la cuota del 4% del presupuesto para la educación. ¡Adelante! Es el momento de ver más allá nuestro destino como nación. No todo está perdido. La educación trae esperanza y libertad. ¡Sigamos este norte para un verdadero, sostenido y sostenible desarrollo nacional!