Democracia y dignidad

Democracia y dignidad


Editorial Radio Santa María

3 de julio, 2013
Por: Yanio C. Concepción

En la historia del pueblo dominicano las disputas por los controles de las élites económicas y políticas han retrasado el desarrollo de la democracia dominicana basada en el trabajo y el salario digno.

El afán de los empresarios de maximizar su riqueza en desmedro de la pobreza del trabajador en una economía de mercado abierto es antidemocrático. Es una gran paradoja que nuestro país, en las últimas dos décadas, el promedio del PIB per cápita haya crecido entre 4 y 6% según el FMI y la CEPAL. Esta riqueza debió transferirse en mejor calidad de vida para la población. Tradicionalmente las tasas de empleo de República Dominicana han sido bajas en comparación con otros países de la región, según  reporta el FMI y  la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En las discusiones entre patrones y trabajadores dominicanos que se dan  en el Consejo Nacional de Salario en coordinación con el Ministerio de Trabajo se quiere evidenciar  más debate en el empresariado. Sin embargo, no pueden justificar la inflación acumulada que asumen los trabajadores con un deterioro en su calidad de vida y de sus familias, incrementándose  la pobreza con bajos salarios. No hay consenso posible cuando las líneas del debate son inciertas y distorsionadas. Pero sí hay razones evidentes para la pobreza.

La deshumanización de la gente, sin que el gobierno intervenga ante la injusticia social para propiciar un trabajo más digno para el desarrollo  trastorna los conceptos más básicos de democracia y libertad. 

La crisis entre patronos, trabajadores y la modificación interesada del Código Laboral mancha la democracia del país que busca salir de la pobreza y acabar con las desigualdades sociales.

La democracia y el trabajo también se manifiestan en la administración pública con salarios de miseria mientras se ufanan de un crecimiento económico desmesurado de las últimas décadas. La reforma fiscal debió  retraer la visión de la prosperidad real, pero también sucumbió ante las élites de poder.

Es hora de avanzar y romper el esquema atrasado en una economía pública y privada que no valora a la gente. En nuestra democracia imperfecta, el trabajo y el salario es la dignidad de los hombres. ¡Basta ya  de discursos y dramas de consenso en el Consejo Nacional de Salarios. La realidad y la razón se imponen. En el diálogo tripartito debe promoverse una reforma equilibrada y real en lo económico, social y laboral para que avance la democracia.

Vivir en democracia es vivir con trabajo y salario dignos donde se respete a la gente, con patrones justos, con un gobierno responsable del crecimiento económico con prosperidad para todos, donde prevalezca la justica social. Democracia es cumplir la ley con deberes y derechos y con  trabajo y salario justos Para fortalecer la democracia dominicana es recomendable acoger algunas recomendaciones del FMI: “Es crucial promover el crecimiento de la productividad y mejorar la calidad de los empleos para estimular un crecimiento potencial e incluyente“.

YC