La sociedad sin buenos ejemplos

La sociedad sin buenos ejemplos

Por: Yanio Concepción

Cada día la sociedad pública episodios inéditos con nuevos actores de su descalabro moral. Nuestros principales líderes han hipotecado su moral y su ética a cambio de poder, de recursos mal habidos, entrega falsa, arreglo político, pero, como siempre, lo que empieza mal, termina mal.

Cuando se afecta la felicidad y la tranquilidad de la gente por anteponer a Don Dinero, todo acaba mal. Cuando no se trabaja para construir una realidad histórica digna, cuando no se aplica la dimensión de la justicia social, cuando actuamos por la apariencia de quedar bien con un sector que busca el ánimo de lucro a cualquier precio, algo malo suele ocurrir.

Ya no hay espacio para esconder nuestra realidad social, política, ambiental y económica. La pobreza acumulada, la baja educación, el irrespeto a las leyes más elementales de la convivencia humana y ambiental, el sistema de transporte alocado, la ciudad desordenada y contaminada, las autopistas  con conductores temerarios son solo algunas de las realidades difíciles de ocultar.

El auge del tráfico y consumo de drogas con agresiones, asaltos y pocos y mal administrados centros de rehabilitación se ha incrementado en la población juvenil dominicana.

Las irresponsabilidad pública de los legisladores al aprobar una ley, solo por obedecer una línea política partidista, sin confrontarla con el futuro de la población los ha convertido en cómplices de sectores que buscan su bienestar a cualquier precio. El contrato entre el Estado y Barrick Gold para explotar y exportar el oro del país deja en evidencia los hilos de poder e intereses que mueven la economía nacional.
Francisco Rosario Sanchez

Al parecer, aquí de nada vale indignarse ni rebelarse. Entre la prensa que oculta más de lo que publica y los funcionarios que publican más de lo que ocultan se esconde una olla de grillos donde se podrían encontrar macos, cacatas y culebras venenosas entrecruzadas con contratos y obras de miles de millones de dólares.

La ciudadanía responsable debe reflexionar y leer entre líneas la verdadera historia de una sociedad devastada. Es tiempo de exigirles nuestro derecho social y democrático a los partidos que violan su responsabilidad constitucional.
Ramón Matias Mella
Educar e informar a la población es responsabilidad de todos, en especial, de la prensa y el Estado en medio del descalabro moral que vive la sociedad actual que sobrepone  el afán de riqueza por encima de la felicidad de la gente.  En una sociedad sin buenos ejemplos, Juan Pablo Duarte seguirá siendo el símbolo y paradigma del dominicano de bien.
YC