DIFERENCIAR CARNAVAL Y  CUARESMA

DIFERENCIAR CARNAVAL Y CUARESMA

Editorial Radio Santa Maria
6 de febrero, 2013

Por: Yanio C. Concepcion

La Vega es ciudad de primicias: primera ciudad evangelizada, primer bautizo, primera fortaleza y primer carnaval. En La Vega se celebra en febrero el carnaval más antiguo y popular del país, con su personaje central, el Diablo Cojuelo, en busca de moros a convertir en cristianos. 

En febrero de este año, a partir del día 13, se inicia la cuaresma. Con el miércoles de ceniza se inaugura un tiempo  para la renovación espiritual. Período de penitencia, oración y obras de misericordia, que finaliza en Jueves Santo, preparando a la Pascua de Resurrección. La ceniza, puesta en la frente, expresa la debilidad del creyente ante el pecado y su confianza en el perdón de Dios en Cristo.    

¿Cómo se mezclan Cuaresma y carnaval? Esto inició en 1848, cuando el presidente Pedro Santana, por la ley 139, estableció el calendario oficial de días festivos y religiosos. En su afán por atraer el poder popular, Santana unió la fiesta de la independencia con la festividad del  carnaval, coincidiendo con el inicio de la celebración de la Cuaresma que puede caer cada año entre el 4 de febrero y el 10 de marzo

La Vega, en febrero, se convierte en la casa de la más grande fiesta popular. Ante el derroche de mundanalidad del carnaval, las costumbres y prácticas cristianas de la temporada cuaresmal languidecen, sin poder coger fuerza.   
      
Cuando el país revive su tradición carnavalesca, la coincidencia del carnaval con el inicio de la Cuaresma mantiene a las masas alejadas de la celebración de la pasión, muerte y resurrección de Jesús y distraídas del espíritu independentista del 27 de febrero. La lógica del buen gobierno debería llevar a diferenciar carnaval, cuaresma y fiesta de independencia.

Pero la racionalidad oportunista del comercio y de la ganancia llevan a empresarios, gobierno local y nacional y artistas a unirse en torno a un carnaval dominguero que echa un balde de agua fría a la Cuaresma y apaga el espíritu de la independencia.   

No es bueno que un pueblo viva una tradición, como la del carnaval, a costa de otras tan importantes o más, como Cuaresma e independencia. Es algo que cada año volvemos a inscribir en el libro de nuestras contradicciones.