Cambio Democrático en el Cacicazgo Político y Social

Cambio Democrático en el Cacicazgo Político y Social

Por: Yanio C. Concepción

En el país de las maravillas existía una división política y social bien definida en cacicazgos que no ha cambiado mucho el sistema autoritario, caudillista y algún ejemplo democrático.

¡Bienaventurados los hombres que trabajan por la paz en el nuevo cacicazgo político dominicano, en medio de un conflicto social, político y económico profundo, con una globalización que ha acentuado la gran diferencia entre ricos y pobres fruto del egoísmo financiero no regulado!

Hacen bien quienes se han establecido como nuevos caciques del territorio dominicano al buscar una renovación, concertación y reflexión de una economía social que propicie el bien común.

La Isla Española, aun en su composición primitiva, estuvo dividida política y socialmente en cacicazgos. Marién y su cacique Guacanagarix cerca de Cabo Haitiano fue el primero en convertirse al cristianismo y quienes le dieron la bienvenida a Cristóbal Colón en la Isla. El cacicazgo de Maguá estaba dirigido por el cacique Guarionex con asiento cerca del actual Santo Cerro en La Vega, la región más rica de la isla. El cacicazgo de Maguána dirigido por el cacique Caonabo, esposo de Anacaona, denominado Coral de los Indios en Juan Herrera, San Juan de la Maguana, se destacó por el arte de la guerra y el cacicazgo Higüey estaba dirigido por Higuanama. Esta isla territorialmente pequeña, fue escenario de una división política y social desde antes de la llegada de los españoles. ¿Qué ha cambiado desde entonces?

Desde el mismo nacimiento de la Isla hemos heredado una mentalidad divisionista, egoísta, individualista, regionalista. A pesar de que el mundo se ha movido hacia la integración, la solidaridad, la globalización, la historia dominicana solo ha cambiado el discurso y los personajes,  pero ha perpetuado el caudillismo y el caciquismo en su forma más primitiva. El liderazgo político, empresarial, religioso y económico determinan el rumbo de una comunicación al servicio del poder y de los ricos que controlan la sociedad dominicana.

Juan pablo Duarte viajó a Estados Unidos y Europa para legarnos una Patria libre e independiente provocando una revolución socioeconómica y política que ha sido secuestrada por Don Poder.

Romper los cacicazgos y sus caciques es una lucha democrática necesaria para la felicidad del pueblo dominicano que solo quiere paz.

Con las pugnas  antidemocráticas y caudillistas que vemos en los partidos políticos, ¿cuál es la democracia real que queremos para exterminar los cacicazgos y sus caciques? Les invito a que reflexionemos con el  mensaje de Jesucristo “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios” (Mt. 5,9).