Por: Yanio C. Concepción
Editorial Radio Santa María
5 de diciembre, 2012
Diciembre es el mes del espíritu navideño donde confluyen las corrientes de la paz, la unidad familiar y el disfrute de una cena que anima a celebrar el nacimiento del niño Jesús. Nos imaginamos a su alrededor a la Virgen María, los pastores, los Santos Reyes que vienen a ver desde Belén al Mecías anunciado.
El Presidente de la República, Danilo Medina, ha emprendido el espíritu de la navidad con medidas austeras para el desempeño público, social y familiar. Esta iniciativa del nuevo Gobierno ha cambiado las exigencias de los actores políticos, cada vez más cuestionados por su poca responsabilidad pública.
El Presidente ha llamado a la reflexión y a la moderación de los gastos superfluos. En nuestro país hay muchos que no pueden ni siquiera celebrar una simple cena en familia. Hay que vencer la pobreza en medio de riquezas exorbitantes de algunos pocos, anidada por un derroche de corrupción. Frente a una pequeña clase social que lo tiene todo coexiste una pequeña burguesía que ha crecido al amparo del esfuerzo y el trabajo y con una minoría que en los 30 años se ha amparado en la corrupción que emana del Estado desigual como si todo estuviera planificado para dejar al país hundido en la miseria.
Estamos en un buen momento para reflexionar sobre lo que el país necesita para el 2013, cuantos obstáculos hay que vencer para sacar a cientos de miles de la pobreza extrema, niños, mujeres y jóvenes que viven en la marginación.
La Navidad es un buen tiempo de reflexión para fortalecer el nuevo Estado Democrático de Derecho que queremos. Es un excelente momento para controlar las deudas, para que el Estado trace la pauta con su presupuesto y motorice la economía solidaria. Dejar atrás el despilfarro económico y optar por el ”borrón y cuenta nueva” es como pretender tapar una herida que todavía no ha cicatrizado. El déficit fiscal nos obligará a todos, “justos y pecadores”, a pagar más impuestos para cubrir la ineficacia de la administración pública pasada.
El espíritu de la Navidad no hace acepción de personas. Vivamos este gran espíritu para el que año 2013 sea más esperanzador como lo expresa el Presidente. Confiemos en sus palabras y que Dios lo guíe como un Presidente ejemplar, que su equipo sepa que lo estamos observando, que la democracia nos inspire a todos para todo.
¡Disfrutemos los arbolitos, el perico ripiao, los villancicos, el lechón asado y que todos celebremos en familia el espíritu de la navidad dominicana para que esta época sea la más alegre del año de manera que comencemos el Nuevo Año con un ánimo positivo y con fuerzas renovadas!