El país que queremos

El país que queremos

Editorial Radio Santa Maria
23 de marzo, 2012

Por: Yanio Concepción
La esperanza de los ciudadanos en la democracia descansa en el Presidente y su equipo de ministros que son responsables de guiar el destino del país.
República Dominicana ha sufrido muchos vaivenes en su historia republicana, representativa y democrática. Aún no acaba de salir del clientelismo huérfano de ideología a pesar de proclamarse un nuevo Estado Social  y Democrático. El  ciudadano gobernado trata de cumplir sus deberes y de exigir sus derechos constitucionales y universales, a veces, desconociendo el complejo tejido social y económico de su Gobierno.
La tierra, que es la casa grande propiedad de todos, es nuestro principal bien común y, por tanto, debe ser administrado y protegido íntegra y eficientemente por nuestros gobernantes. De eso se trata la Eco-Ecología. La extracción de los recursos no renovables, el mal uso de la tierra y la destrucción de los bosques afectan severamente la satisfacción de las necesidades de la población. Un Estado responsable y consciente de su rol como administrador de la casa-tierra debe proteger el medio ambiente, a sabiendas de que con ello hace sostenible la economía, auspicia el desarrollo y garantiza la heredad a nuestros hijos.

República Dominicana es apenas una media isla. Es incongruente que siendo territorialmente pequeña esté dividida por fracciones políticas, sociales y económicas irreconciliables. Ubicada en el trayecto de los huracanes y terremotos, vecina de una raza sumergida en la extrema pobreza, saqueada por las grandes potencias que se llevaron su oro y destruyeron su medio ambiente, nuestro país alardea de competir en un mundo económico globalizado que no tiene piedad por los pobres, sino que, por el contrario, los usa como símbolo de la humanidad.
A nuestro país le urge un plan de defensa natural y de seguridad nacional que proteja su destino y su riqueza mineral expropiada por el sector externo que justifica con empleos su explotación.
El desarrollo humano del país debe estar por encima de toda ambición pública y privada. El desarrollo ambiental de una nación debe armonizar con su desempeño económico. La interdependencia entre el medio ambiente y  la sociedad está vinculada a la soberanía del hombre.
El sujeto político en el desarrollo económico y el medio ambiente se antepone al sistema social dominado por los tecnócratas en complicidad con la gobernanza global que sólo regula sus apetencias, creando cada vez más desequilibrio económico, más destrucción ambiental, menos desarrollo humano. Ante la actual crisis ética y de valores, ¿quiénes podrán gobernar con justicia social y equidad una República Dominicana fraccionada por la política y la economía? ¿Quién defenderá nuestra tierra y a nuestros pobres de la voracidad de los ricos insaciables en su afán de prosperidad? En verdad, ¿cuál es el país que queremos?

YC