LA ‘‘PROSPERIDAD’’ ECONÓMICA DEL 2019

LA ‘‘PROSPERIDAD’’ ECONÓMICA DEL 2019


    Por: Yanio Concepción
La economía dominicana ha sido la de mayor crecimiento en El Caribe y América, al haber alcanzado un crecimiento de 7.0%, según la publicación de las autoridades del Banco Central de Republica Dominicana. Viene a colación la inquietud sobre cómo se distribuye esta riqueza, cuál es su impacto sobre la pobreza, sobre las inequidades y desigualdades sociales imperantes en el país.
Hay un evidente contraste entre este crecimiento de la economía y los bolsones de pobreza latente en nuestro país. El producto bruto interno (PIB)  en el año 2018 creció en 7.0%, la inflación estuvo controlada al haber cerrado el año con 1.3%, la tasa de cambio del dólar cerró en RD$50.60 pesos por un US$1.0, la tasa activa promedio fue 12% en los préstamos, la tasa pasiva  7.21%. Mientras tanto, estos indicadores no se reflejan en un mayor nivel de bienestar en la población, no hay derrame de ese crecimiento.
La propia Comisión Económica para América Latina (CEPAL) indica en su balance económico del año 2018 que la República Dominicana lidera el indicado crecimiento, aunque al mismo tiempo debe consolidar el proceso de ajuste fiscal, para cubrir el difícil de 0.7% del PIB, dado el rápido incremento de la deuda pública y la incertidumbre que genera este meteórico nivel de deuda, debido a un crecimiento parasitario de la economía nacional.
La deuda pública no financiera junto a la deuda externa se situó US$41,754.9 millones de dólares, lo cual implica serios compromisos de cara al presente y al futuro, incluyendo nuestra erosionada soberanía.
De cara año 2019, se hace inminente que el empresariado nacional sea menos avaro y mejore los niveles de salarios que paga a sus trabajadores y empleados, que propicie la modificación en la Ley de Seguridad Social, que facilite y sea más proactivo en la consecución de planes de viviendas populares y una parte considerable de politiqueros dejen quieta nuestras montañas y de pretender acumular fortunas mal habidas a costa de la depredación de nuestros bosques y ríos.
El control y reducción de gastos es inminente en cada familia, mejorar los ingresos y asumir el consumo responsable, evadir los juegos de azar y lotería, estimular una campaña de mitigación al inmediatismo y a la procura de riquezas materiales sin sacrificio. Fortalecer la educación familiar, ante una juventud con escasos referentes positivos, a fin de estimular un presente más sostenible y promisorio.
Ante estos retos ¿qué significa el deseo de un prospero año nuevo?: Crecer en nuestra propia tierra, participar en la mitigación de la crisis ambiental y climática por la que atraviesa nuestro país, participar y ser más exigente con las autoridades frente a la irresponsabilidad de enfrentar el deterioro de las cuencas hidrográficas y las áreas protegidas, trabajar en la implementación de medidas que reviertan la inminente crisis del agua; fortalecimiento de la legislación penal y drasticidad en la persecución del delito, contemplando la posibilidad de la cadena perpetua para delitos que amenacen nuestra nación y que implique destrucción de la vida humana.
Que el año 2019 sirva como una nueva oportunidad para los jóvenes, estimularlos a una realización plena en nuestro propio territorio, donde puedan cumplir sus sueños y una mejora en la calidad de vida.
Organizar nuestra vida en el crecimiento, es la mejor opción para enfrentar las desigualdades sociales y económicas que nos acechan en el 2019. Será la mejor forma de desearle prosperidad a nuestros semejantes.